Espero que vengáis con hambre, porque este pastel es un empezar y no parar. Este pastel es ya un mito por todas partes, todo el mundo lo conoce, lo sé. Pero aquí no podía faltar, y es el primero que puse en mi cuaderno de recetas. No podía faltar no solo por su facilidad, si no también por su fantástico sabor (dios, me comería mil si pudiera) y su esponjosidad. Comprobado que pasados 3 días, sigue igual que el primero. Ojalá todos fueran iguales.
Recuerdo que esta receta la conocí por primera vez cuando debía tener unos 10 años o menos, mi tía cocinaba muchos dulces y este era mi favorito. Le cedió en un papel de esos de cuadernitos antiguos a mi madre, y al llegar a casa lo primero que hice fue prepararlo todo. ¡Ya estaba esperando en el horno a que creciera para comérmelo!
Por desgracia no sé donde habrá acabado ese papel, lo guardamos en el libro de recetas de maicena (tiene más años ese libro...)y desapareció de ahí. Sé que todos usan la misma receta, y cuando encontré el blog de Tía Alia (aquí) sabía que tenía que guardarla a buen recaudo. Y por supuesto, cocinarlo otra vez para recordar el sabroso aroma que desprende y esos pequeños recuerdos de niñez. Por supuesto, le dejaré un comentario diciéndole que he usado su receta puesto que la mía huye de mí (eso parece).
Las fotos podrían haber salido mejor, pero estaba nublado (aiii...). ¿Veis lo esponjoso que es? Quien no va a querer un trozo, ¡si hasta su color es bonito! ¿Quien quiere un trocito?
Este son los moldes rectangulares en los que los he hecho, los he comprado en el chino. Quería hacerlos individuales y salieron estupendamente.
Para un molde de 22cm / 6 moldes rectangulares
Dificultad: Baja
Pasos:
1. Precalentar el horno a 170ºC arriba-abajo. Engrasamos el molde o lo empapelamos si tenemos papel de horno y reservamos.
2. En un cuenco, batimos el azúcar con el yogur y el aceite. Cuando esté mezclado, añadimos las yemas y la ralladura, que ha de ser no muy gorda para que al morder no encuentres un sabor extremo a limón. Batimos todo muy bien.
3. Tamizamos la harina sobre la mezcla junto con la levadura, poco a poco para incorporar. Hay que hacerlo todo con mimos, del cariño salen las mejores recetas.
4. En el bol de la batidora, batimos las claras hasta que estén a punto de nieve. Las incorporamos a la otra mezcla con suavidad, utilizando una espátula. Mezclamos con movimientos suaves, como si hiciésemos una O con la mano, en el sentido de las agujas del reloj. Si no lo hacemos así, las claras bajarán y nuestro súper pastel no será súper.
5. Lo echamos en el molde que ya teníamos preparado y lo metemos en el horno. Debe estar 35-40 minutos, a mi me suele tardar 40 justos si uso un molde de 22cm. Con un molde de ese tamaño, sale hermosísimo, como el de Tía Alia. Solo hemos de comprobar con un palillo si está listo. Lo dejamos enfriar 5 minutos en su molde, desmoldamos y colocamos en una rejilla para que se enfríe y no sude. Podemos espolvorearle azúcar glass si queremos.
Recuerdo que esta receta la conocí por primera vez cuando debía tener unos 10 años o menos, mi tía cocinaba muchos dulces y este era mi favorito. Le cedió en un papel de esos de cuadernitos antiguos a mi madre, y al llegar a casa lo primero que hice fue prepararlo todo. ¡Ya estaba esperando en el horno a que creciera para comérmelo!
Por desgracia no sé donde habrá acabado ese papel, lo guardamos en el libro de recetas de maicena (tiene más años ese libro...)y desapareció de ahí. Sé que todos usan la misma receta, y cuando encontré el blog de Tía Alia (aquí) sabía que tenía que guardarla a buen recaudo. Y por supuesto, cocinarlo otra vez para recordar el sabroso aroma que desprende y esos pequeños recuerdos de niñez. Por supuesto, le dejaré un comentario diciéndole que he usado su receta puesto que la mía huye de mí (eso parece).
Las fotos podrían haber salido mejor, pero estaba nublado (aiii...). ¿Veis lo esponjoso que es? Quien no va a querer un trozo, ¡si hasta su color es bonito! ¿Quien quiere un trocito?
Este son los moldes rectangulares en los que los he hecho, los he comprado en el chino. Quería hacerlos individuales y salieron estupendamente.
BIZCOCHO DE YOGUR
Fuente - Tía Alia
Ingredientes:Para un molde de 22cm / 6 moldes rectangulares
Dificultad: Baja
- 3 huevos, yemas y claras separadas (yo uso siempre M)
- 1 yogur (la receta dice natural, pero siempre uso azucarado porque es el que hay en casa)
- 1 vasito de yogur de aceite de oliva
- 2 vasitos de yogur de azúcar (seguro que con morena queda igual de bien)
- 3 vasitos de yogur de harina de trigo
- 1 cucharadita de levadura Royal
- Ralladura de 1 limón (opcional, porque solo queda GENIAL)
- Azucar glass para decorar, pero os mancharéis si sois patosos como yo
Pasos:
1. Precalentar el horno a 170ºC arriba-abajo. Engrasamos el molde o lo empapelamos si tenemos papel de horno y reservamos.
2. En un cuenco, batimos el azúcar con el yogur y el aceite. Cuando esté mezclado, añadimos las yemas y la ralladura, que ha de ser no muy gorda para que al morder no encuentres un sabor extremo a limón. Batimos todo muy bien.
3. Tamizamos la harina sobre la mezcla junto con la levadura, poco a poco para incorporar. Hay que hacerlo todo con mimos, del cariño salen las mejores recetas.
4. En el bol de la batidora, batimos las claras hasta que estén a punto de nieve. Las incorporamos a la otra mezcla con suavidad, utilizando una espátula. Mezclamos con movimientos suaves, como si hiciésemos una O con la mano, en el sentido de las agujas del reloj. Si no lo hacemos así, las claras bajarán y nuestro súper pastel no será súper.
5. Lo echamos en el molde que ya teníamos preparado y lo metemos en el horno. Debe estar 35-40 minutos, a mi me suele tardar 40 justos si uso un molde de 22cm. Con un molde de ese tamaño, sale hermosísimo, como el de Tía Alia. Solo hemos de comprobar con un palillo si está listo. Lo dejamos enfriar 5 minutos en su molde, desmoldamos y colocamos en una rejilla para que se enfríe y no sude. Podemos espolvorearle azúcar glass si queremos.
NOTAS:
› He usado 6 moldes rectangulares y con esas cantidades han salido bien grandes. Haciéndolos pequeños no quedan tan esponjosos como uno grande, y se endurecen más rápido.
› Después de tanto tiempo haciéndolo, me he dado cuenta de que batas poco o batas mucho, el resultado es el mismo. Lo único de lo que hay que preocuparse es de tener cuidado con las claras montadas, y de darle mucho mimo. No lo olvidéis, MIMAD AL PASTEL.
› Se puede usar para hacer cupcakes y salen igual, también he hecho pero no tengo su foto. A veces olvido sacarles fotos a las cosas.
› Este pastel se puede variar de sabor, podéis echar ralladura de limón o de naranja, licor, chocolate (nesquik no, no sabe a NADA, fue decepcionante), etc. Solo hay que echarle imaginación. Siempre dicen que lo simple es lo mejor, pues ahí tenéis la simpleza en su mayor esplendor.
› He usado 6 moldes rectangulares y con esas cantidades han salido bien grandes. Haciéndolos pequeños no quedan tan esponjosos como uno grande, y se endurecen más rápido.
› Después de tanto tiempo haciéndolo, me he dado cuenta de que batas poco o batas mucho, el resultado es el mismo. Lo único de lo que hay que preocuparse es de tener cuidado con las claras montadas, y de darle mucho mimo. No lo olvidéis, MIMAD AL PASTEL.
› Se puede usar para hacer cupcakes y salen igual, también he hecho pero no tengo su foto. A veces olvido sacarles fotos a las cosas.
› Este pastel se puede variar de sabor, podéis echar ralladura de limón o de naranja, licor, chocolate (nesquik no, no sabe a NADA, fue decepcionante), etc. Solo hay que echarle imaginación. Siempre dicen que lo simple es lo mejor, pues ahí tenéis la simpleza en su mayor esplendor.
Hola Amanda, gracias por hacer mención a mi blog. Te ha quedado estupendo a ti también. Es una de esas recetas que no pasan de moda y son siempre agradecidas en casa. Lo seguiremos haciendo, verdad?
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen
Hola carmen, de nada. La verdad es que no pasa de moda no, siempre estará ahí. Sí, aquí se seguirá haciendo hasta que ya no puedan más.
EliminarSaludos.